Everydays – The First 5000 Days es una obra digital llevada a cabo por Beeple, un conocido artista estadounidense. Con un precio final de venta de 69 millones de dólares, se convertía en la tercera obra más cara vendida por la prestigiosa casa de subastas Christie’s. Sin duda, una demostración del poder que la tecnología está alcanzando en un mercado tan tradicional como es el ámbito del arte.
Everydays – The First 5000 Days se compone de 5.000 imágenes digitales que representan la trayectoria artística de Beeple. No obstante, y más allá de su precio, el elemento que ha desatado todo un movimiento crítico en torno a este acontecimiento ha sido su naturaleza, al tratarse de un NFT.
¿Qué es un NFT?
Un NFT, también conocidos como tokens no fungibles, son activos criptográficos que basan su naturaleza en blockchain. Es decir, cuentan con códigos de identificación únicos que los distinguen del resto de creaciones. Por lo tanto, cada NFT es único, siendo imposible que exista algún otro código idéntico en cualquier otro lugar del mundo.
Pese a que ha sido la obra de Beeple uno de los puntos de partida que ha desatado el interés por los NFT, la realidad es que no son solamente obras de arte los elementos que pueden contenerlos. Sino que también pueden quedar representados en un meme, un vídeo, un tuit o cualquier otro elemento tangible. La oferta y la demanda es una de las leyes que determina el precio final de mercado.
El acuerdo social como órgano regulatorio
No se puede entender el éxito del NFT sin el desarrollo alcanzado por el blockchain durante los últimos años. No obstante, tampoco sin el ingrediente que durante los últimos años ha exprimido el valor de una gran cantidad de artículos: desde joyas hasta zapatillas. Pasando por obras de arte o sellos: El coleccionismo.
Es el acuerdo social el que actúa como órgano regulatorio del mercado a través de la ley que rige la oferta y la demanda. No obstante, y a diferencia de las criptomonedas, conviene tener en cuenta que los NFT no pueden intercambiarse ni dividirse. Por esta razón, nos encontramos ante tokens no fungibles.
La última revolución digital
El auge de los NFT ha sido aprovechados por una gran cantidad de personalidades y empresas. Equipos de la NBA han decidido poner en venta algunos de los momentos que han marcado la historia de sus franquicias a través de pequeños clips de vídeos. Jack Dorsey, CEO de Twitter, anunció recientemente que ha vendido el primer tweet de la historia por 2,9 millones de dólares.
Estos NFT integran en su código una gran cantidad de datos que los convierten en únicos: quién es el creador, la fecha de creación, el momento en el que se cerró la operación comercial… Es decir, la réplica de la documentación que atestigua su originalidad. Como si de un reloj de lujo se tratase.
Inicialmente, los NFT únicamente podían comprarse y venderse haciendo uso de criptomonedas. Concretamente, Ethereum. No obstante, dada la popularidad alcanzada, empresas como la NBA han desarrollado plataformas intermedias que permiten llevar a cabo la transacción económica a través de tarjetas de crédito.
Mark Cuban, miembro de la franquicia de la NBA de Dallas Mavericks, ha afirmado que el MFT «se trata de un cambio que generacional que da valor al activo digital al igual que hasta ahora se lo hemos dado a cualquier valor físico». Para él, y la gran comunidad que actualmente se encuentra interesado en este tipo de productos, nos encontramos ante uno de los grandes puntos de inflexión de la creación de contenido en el entorno digital.